A veces nos
encontramos en situaciones en las que lo único que nos apetece es correr o
evadirnos, sin embargo de esta manera no afrontamos el problema. Éste seguirá a
nuestro lado.
Desde hace un
mes me volvió a visitar mi querida Rosácea. Cada año se manifiesta a su antojo.
Sé de su llegada por los síntomas de malestar, fiebre, vómitos, dolor en el
rostro, hinchazón en la cara, rojeces, granitos dolorosos, quemazón,
tirantez,.. Todo ello conlleva un estado de ansiedad, pues por más que intentas
calmar su presencia, es difícil. Hoy os cuento como afronto mi enfermedad
crónica.
Este año he
decidido cambiar mi rutina frente a la Rosácea. Estoy intentando hacer el
esfuerzo de no tomar antibióticos para combatirla, porque el año pasado lo pase
bastante mal con ellos. No es bueno estar enganchada a una pastilla durante
seis meses. Como podéis imaginaros los efectos secundarios a veces son peores
que la enfermedad.
Lo he
afrontado desde varios puntos de vista:
La
cosmética: me ayudo de una buena rutina e higiene facial. Durante todo este
tiempo he probado muchos productos para combatirla, y bajo mi experiencia, lo
que mejor acepta mi piel son cosméticos con ingredientes calmantes como la
camomila, la centella asiática, el aloe vera, o la hidratación. Los productos
con ácidos para combatir los granitos a veces me han ido bien, pero luego me
dan efecto de rebote o me crean unas marcas residuales difíciles de eliminar,
no os exagero si os digo que aún tengo algunas del primer año, y de esto hace
más de tres años. Pero cada piel es un mundo y no a todos nos funciona por
igual un cosmético. (Dentro de poco actualizaré mi rutina facial por si os
puede ayudar en algo). Por supuesto que para mí es difícil enfrentarme a esta
situación, y más aún cuando soy maquilladora y no me puedo ni rozar la cara.
Llevo un mes en el que tan sólo me he maquillado en dos ocasiones y al
desmaquillarme mi piel estaba irritada, por ello he decidido esperar a que mejoren
los síntomas. Para una mujer esta enfermedad es complicada, pero el maquillaje
hace milagros y podemos cubrir nuestros complejos. Para los hombres es quizás
más complicado de afrontar, pues muchos tenéis los tabús o recelos a usar
maquillajes o correctores, pero pensar que lo primero es vuestra salud, y en
ello influye bastante los complejos y el estado de ánimo.
La
alimentación: muchos de vosotros habréis escuchado alguna vez aquello de
“Somos lo que comemos”, pues bien, desde que empecé con el brote estoy cuidando
muchísimo la dieta. No soy una persona que abuses de grasas, más bien yo diría
que mis alimentos son en mayor proporción verduras, frutas y fibra. Pero a esto
he añadido unas gotas depurativas para limpiar mi organismo. He leído que la
rosácea puede estar vinculada a alguna bacteria de nuestro intestino, aunque no
se ha demostrado, pero por ello he decidido probar a ver qué tal me funciona.
La depuración es buena para enfermedades crónicas, deportistas, alergia, acné,
dietas de adelgazamiento, problemas en la piel, etc… Ya os contaré mi
experiencia.
La actitud:
si os soy sincera, creo que es lo más importante frente a esta enfermedad, hace
el 60% de la recuperación. Sé que es difícil, y más si os la acaban de
diagnosticar, pero después de estos años analizando cada alimento que pueda
empeorar mi piel, cada crema, escapando del sol y los cambios de temperaturas;
me he dado cuenta que tiene mucha influencia psicológica, ¿qué quiero decir con
esto?, pues que a veces la obsesión por la enfermedad nos hace estar en un
estado de negatividad y ansiedad que influye bastante en la Rosácea. He de confesaros que al principio me derrumbo,
pues el dolor puede conmigo. Pero al paso de los días me hago fuerte y me
enfrento a la situación de manera más positiva. Me ayudo de tilas para calmar
mi malestar y sonrío ante la vida. Afino el sentido del humor, como con estas
fotografías del camaleón y las manzanas. Pienso que en esta vida debemos
adaptarnos a todo lo que nos plantea el destino, sea bueno o malo, difícil o
fácil, como lo hace el camaleón.
Hemos de ser
pacientes, y tirar para adelante sin más. Esta enfermedad no es grave, aunque
sí muy incómoda y molesta, pero cuanto antes la analicéis y asumáis, antes
pondréis remedio para su curación.
Os animo a ser
positivos, luchadores, valientes,... Confío en cada uno de vosotros, y pensad
que si yo puedo por qué vosotros no.
Para todo el
que me necesite, podéis contactar conmigo en el correo electrónico del blog.
Un besazo y a por todas.
Guapa!! animo!!! las que sufrimos de enfermedades de este tipo en la piel es un follon...hay que tomarselo con calma, y llevar una vida lo mas sana y con menos agobios posibles!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Laila. Te doy toda la razón. Desde que tengo esta enfermedad llevo una vida mucho más sana. Paciencia y buen estado de ánimo, son los mejores aliados para afrontar este tipo de enfermedades.
EliminarMucho ánimo también para ti. Un beso